Agosto de 1950, a la petición que hizo el Secretario General de las Naciones Unidas de ayuda y asistencia para Corea del Sur frente a la agresión e invasión por parte del Norte comunista, Haile Selaisse, Emperador de Etiopía decidió enviar tropas y ayuda material, pese al ruinoso estado y los problemas que soporta el país, aun no recuperado de los daños físicos y morales sufridos durante la invasión italiana de 1935.
Ante esta petición, el emperador recordó que 15 años atrás, en junio de 1936, el apeló también a la Sociedad de Naciones, solicitando ayuda ante la agresión italiana. La Sociedad de Naciones se mostró abiertamente inútil para dar ninguna ayuda a Etiopía, más allá de leves sanciones económicas y protestas diplomáticas, sin sancionar tampoco el uso de gas mostaza por parte de los italianos , algo que costó cerca de 275 000 muertos. Boicoteado su discurso ante la asamblea general por simpatizantes fascistas, Haile Selaisse no pudo dirigirse a esta y tuvo que abandonar el edificio, mostró su ira contra el organismo que en teoría representaba a la comunidad internacional con una sentencia profética, “Algún día, esto se volverá contra vosotros. Hoy nos sucedió a nosotros. A ustedes mañana.” aseveró antes de partir al exilio desde donde dirigiría la resistencia contra los italianos.Cuatro años más tarde, el tiempo le dio la razón con el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Entre 1935 y 1941 Etiopía, el único país africano totalmente independiente de ningún estado colonial, estuvo ocupado por las tropas italianas, hasta que estas fueron derrotadas por las tropas combinadas británicas y etíopes.
Decidido valedor de la idea de la seguridad colectiva, miembro desde su fundación de las Naciones Unidas, cuerpo sucesor de la fracasada Sociedad de Naciones, decidió predicar con el ejemplo y ayudar con fuerzas militares y materiales a Corea del Sur, mostrando al mundo que sus críticas eran sinceras y dejando en evidencia a aquella comunidad internacional que 15 años atrás, había abandonado a su país a merced de una agresión extranjera. “La libertad no es gratuita” aseveró.
Continuará...