¿Cómo sucede la pérdida de Barcelona a mano de los Francos?
Durante su estancia en Aquisgrán, Abd Allah, tío de Al-Hakam I, ofreció a Carlomagno su ayuda para una expedición que tendría como objetivo Barcelona y la región del delta del Ebro. Asimismo, el rey Alfonso II de Asturias hace saber al monarca franco que estaría dispuesto a reconocer su soberanía y a ayudarle si realiza cualquier operación militar al otro lado de los Pirineos. Por último, el gobernador musulmán de Barcelona, un tal Zado, también llega a Aquisgrán y declara que la ciudad se rendirá a los francos si éstos llegan a sus muros. Ante esta serie de promesas, Carlomagno, con el recuerdo de su malograda expedición a Zaragoza que culminó con el desastre de Roncesvalles, actuó con prudencia y no será hasta 798 cuando se decida a realizar una expedición por tierras musulmanas. La campaña se limitó a ocupar la región montañosa situada entre Gerona y el alto valle del Segre, incluido las plazas fuertes de Ausona (Vich), Caserras y Cardona.
En 800, Ludovico, hijo de Carlomagno, realiza una nueva expedición atacando Lérida y Huesca. En el verano de 801, se toma la decisión de atacar Barcelona que es asediada por un tal Bera al mando de un contingente de godos. El asedio durará dos años y en 803 los francos ocupan Barcelona. Su toma permitirá a Ludovico organizar la “Marca Hispánica”, el enclave franco situado al otro lado de los Pirineos, aunque no será hasta el 865 cuando el rey franco Carlos el Calvo dé su verdadera fisonomía política a esta Marca. En 808, los francos ocupan Tarragona y en 809 intentan ocupar Tortosa pero son derrotados por los cordobeses.
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