Cómo fue la lucha por el poder los hijos de Abd al-rahman I (Hisham, Sulayman y Abd Allah [el valenciano])
Abderraman I había decidido designar como sucesor a su hijo menor Hisham en detrimento de su primogénito Sulayman. En el momento de la muerte del emir, ambos estaban fuera de Córdoba: Hisham estaba en Mérida y Sulayman en Toledo. En Córdoba, estaba un tercer hermano, Abd Allah (que sería conocido como Al-Balansí, el Valenciano) que fue el que recibió el juramento de fidelidad de la población en nombre de Hisham, quien se apresuró a volver a la capital para tomar posesión del trono (7 octubre de 788). Su primera acción como emir sería reprimir la rebelión de su hermano Sulayman que no se resignaba a perder el poder y al que no le faltaban partidarios.
Parece ser que al final de su reinado, Abderraman I había vacilado mucho antes de nombrar como heredero a Hisham. Incluso los cronistas árabes mencionan que al morir ordenó a su hijo Abd Allah que colocara el trono a aquel de sus hermanos mayores que llegara primero a Córdoba pues, como mencionó el emir, “si Hisham tiene de su parte su religión, su continencia y el general consentimiento, Sulayman tiene, en cambio, en favor suyo su edad, su valentía y el afecto de los sirios”. Nada más enterarse de la proclamación de su hermano como emir, Sulayman reunió tropas y marchó sobre Córdoba, pero, derrotado en tierras de Jaén, volvió a Toledo donde pronto se le unió su hermano Abd Allah quien, aunque respetó la voluntad de su padre, no veía con buenos ojos la proclamación de Hisham como emir.
Por su parte, Hisham para evitar que la rebelión de sus hermanos alcanzara mayores cotas puso cerco a Toledo en 789 durante más de dos meses, pasado los cuales Sulayman huyó y trató de continuar la rebelión en la zona de Murcia. Al año siguiente, convencido de la inutilidad de sus esfuerzos, ofreció su sumisión a su hermano Hisham quien le exigió la expatriación y le entregó a cambio 70.000 dinares con los cuales se instaló en el Magreb. Por su parte, Abd Allah también había pedido perdón e igualmente emigró al norte de Africa, donde viviría hasta la muerte de Hisham.
El resto del breve reinado de Hisham se va a caracterizar a nivel interno por una ausencia casi total de rebeliones. Aparte de las rebeliones de sus hermanos, los cronistas solamente mencionan otras tres que fueron reprimidas fácilmente por las tropas cordobesas. En 788-789 Said ben al-Husayn al-Ansari se rebeló en tierras de Tortosa contando con la ayuda de los yemeníes de su clan pero fue derrotado por el muladí Musa ben Fortún ben Qasi, al servicio del emir, quien también recuperó Zaragoza.
Poco después, un hijo de al-Arabí, el antiguo aliado de Carlomagno, se sublevó en Barcelona y se apoderó de Zaragoza y Huesca pero fue pronto derrotado y muerto. Finalmente, en 795-796 se produjo una rebelión bereber en el distrito de Takoronna, en la serranía de Ronda, rebelión que también fue prontamente derrotada a sangre y fuego.
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