1858, el desembarco de Danang

NOTAS

  1. La gran diligencia del cónsul Cañete, quedó patente y reconocida vía Martínez de la Rosa por la reina Isabel II.
  2. Fray Melchor, que actuaba como su coadjutor desde 1856, y que le sucede como vicario apostólico en Tonkín, escribió el relato de su muerte con el título “Martirio del venerable padre fray José María Díaz Sanjurjo, O.P” publicado en “El Correo Sino-Annamita” en 1859 cuando él mismo había muerto de forma atroz por los annamitas.
  3. Todos los médicos y practicantes de las unidades del Ejército de Tierra español fueron condecorados con las medallas de la “Legión de Honor” y la “Cruz de San Fernando”, además de la anotación en la hoja de servicios de declaración de elegible de 1ª clase (preferencia para el ascenso).
  4. Los camilleros tagalos convertían las barras de las camillas en lanzas o chuzos que utilizaban en defensa propia o de los heridos que portaban, a pesar de llevar pistola y machete.
  5. El Ministerio de la Guerra informaba en la Gaceta que se había “verificado el embarque de la mayor parte de las fuerzas expedicionarias..., en los vapores franceses la Durance y debiendo partir inmediatamente el resto de la expedición provista de los víveres y material, así de guerra como sanitario que puedan necesitar durante las operaciones”.
  6. Vapor de ruedas se incorporó al apostadero de Filipinas en 1847. Su casco de hierro desplazaba apenas 300 tn propulsado por un motor de 100 Cv. Estaba armado con dos cañones de 16 libras
  7. El mismo lugar donde un siglo después, 1964, desembarcarían los infantes de Marina de los Estados Unidos de América
  8. El Padre Rivas con evidente exageración escribió sobre esta bahía “SEGÚN ALGUNOS, ES NO SOLO EL MEJOR DE ESTE Imperio, sino de todo el Oriente y el mundo entero”

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