Entrevista a la autora Montserrat Claros con motivo de la publicación de su última novela: «El periplo del Talismán»
Por Javier Yuste González
Tras haber irrumpido con éxito en el campo de la novela histórica con su ópera prima «La biblioteca del capitán» (Delibrum Tremens, 2011), dedicada a la misión político científica de Alejandro Malaspina, y continuar en la brecha con «Hijo de acero» (Goodbooks, 2014), en la que se describen los avatares del teniente de navío Isaac Peral y su revolucionario e infravalorado submarino Nautilus, la malagueña Montserrat Claros vuelve a sonar en el mercado literario con «El periplo del talismán», una obra en la que nuevamente fusiona Historia naval española y ficción, motivo por el que en HRM nos interesarnos por su trayectoria y último retoño.
JYG: Estimada Montse, gracias una vez más por prestarte voluntaria a nuestros dardos envueltos entre signos de interrogación.
MC: Soy yo la que os da las gracias, Javier, a ti y a HRM, por ofrecerme la oportunidad de hablar de mi última novela a vuestros lectores.
JYG: Vamos allá.
Primero dedicaste tus desvelos a Malaspina; luego a Peral y su ingenio submarino y, ahora, al Real Colegio Náutico de San Telmo de Málaga durante el siglo XVIII, donde se formaban los pilotos de la floreciente Real Armada española. ¿Qué te empujó a investigar y escribir acerca de esta institución formativa? ¿Qué nos puedes contar de este Real Colegio y del argumento de la novela en general?
MC: Durante mis lecturas sobre Historia naval española, comencé a encontrar referencias sobre un «Compendio del arte de la navegación», publicado en 1717, en el que se describían las materias que debía conocer cada aspirante a Piloto, tanto de los navíos de la Real Armada como los de los buques mercantes del Imperio. Finalmente, pude hacerme con un facsímil de ese Compendio y lo leí de principio a fin. En él encontré información tan valiosa que fue suficiente para inspirarme una novela en la que el Real Colegio Náutico de San Telmo fuese su pilar fundamental. Porque era esa Institución la que formaba, a finales del siglo XVIII, a los Pilotos de la Real Armada. Me pareció tremendamente interesante saber cuál era el camino que debía recorrer un niño de corta edad, desde su ingreso en el Real Colegio, en donde comenzaba a sumergirse en el estudio de todas éstas materias, Astronomía, Cartografía, Maniobra, Navegación…hasta que pudiese formar parte de la dotación como Piloto, por ejemplo, del buque insignia Santísima Trinidad, que es uno de los escenarios de mi novela. Entonces, no me quedó más remedio que ahondar en el ámbito más cotidiano de esa Institución para conocer el día a día del Real Colegio. Acabé leyendo todo lo que encontré sobre sus Ordenanzas, manera con la que pude construir muchos de los personajes que aparecen en «El periplo del talismán». Desde los Catedráticos de Maniobra o Navegación, hasta los maestros de Primeras Letras o el Impresor de San Telmo.
Pero como tú bien sabes, un escritor no puede dejar de lado el contexto histórico de lo que está contando. Cuando supe que en Málaga existió un Real Colegio de San Telmo, hermano del de Sevilla, me motivé aún más para escribir la novela. Málaga y su historia naval. Málaga, su Real Colegio de San Telmo y los acontecimientos que la rodeaban a finales del siglo XVIII. No te puedes imaginar lo interesante que fue descubrir a Málaga como escenario naval. Porque Cádiz y Sevilla siempre han estado presentes por su peso histórico en la literatura de éste tipo. La novela arranca en las costas malagueñas, en donde el mítico Tesoro de los Cinco Reyes es escondido en la baja Edad Media en la Cueva del Tesoro, situada en la población de Rincón de la Victoria. Ese legendario tesoro está presente durante toda la novela porque su protagonista, Benilde Letrán, crecerá unida a él gracias a que su padre, el Impresor oficial de la Institución, vuelve sobre su pista siglos después. Y todo esto ocurrió realmente. Ese tesoro forma parte de la Historia de Málaga, un tesoro que muchos han buscado y al que muchos historiadores han dedicado sus obras y algunos, hasta sus vidas y fortunas personales en su búsqueda. «El periplo del talismán» narra todas éstas vicisitudes teniendo en cuenta siempre el papel fundamental de la Real Armada en la historia malagueña. Además, en ella se desarrolla una interesante historia de amor que influye en la evolución del que es mi primer personaje femenino protagonista. Benilde Letrán, hija del Impresor oficial del Real Colegio Náutico de San Telmo que acaba conociendo el duro mundo de la Ciudad Corsaria de Argel.
En definitiva, es una novela histórica de acción con mucho romanticismo que no va a dejar indiferente a nadie.
JYG: Un cambio en esta novela es que has dejado de centrarte en un nombre propio de la Historia naval española para llegar a un reparto de personajes más anónimo.
MC: Tienes razón, Javier. Ésta novela es distinta a las anteriores en ese sentido que apuntas. Alejandro Malaspina o Isaac Peral son dos pesos pesados referentes de la Historia naval, no sólo española, sino mundial, que han protagonizado mis dos primeras novelas. Pero en éste caso, «El periplo del talismán» es un homenaje a todos aquellos personajes anónimos que sostenían el engranaje de la Real Armada en el brillantísimo siglo XVIII. Es un hecho histórico inapelable que escuadras enteras, sus navíos y con ella, sus dotaciones, protagonizaron buena parte de la Historia de España. Pero deberíamos conocer cómo se llegaba hasta ahí. Es imprescindible saber qué y quienes se implicaban en la formación de los Pilotos y de la marinería; creo que es un ejercicio imprescindible para amar la Historia naval, es necesario ahondar en esto y no sólo quedarnos en la formación de sus famosísimos y célebres oficiales. Y no te puedes imaginar el filón literario que proporciona su conocimiento. Por eso, el espectacular escenario del Real Colegio Náutico de San Telmo va a interesar mucho a los amantes de la literatura náutica. Por eso creo que les va a interesar «El periplo del talismán».
JYG: Lo que más admiro de tu esfuerzo literario es el desentrañar hechos históricos desconocidos casi para la mayoría, para esos aquejados de una falta censurable de curiosidad por el Pasado nacional. Pero, en esta ocasión, has hecho algo que es, quizá, más extraordinario y difícil de ver, que es el ahondar en la Historia de tu propia ciudad. Yo, la verdad sea dicha, no tenía ni idea de ese tesoro de los Cinco Reyes.
MC: Gracias por señalar lo del “esfuerzo literario”, porque es verdad. Entraña esfuerzo y trabajo. Escribir literatura naval no significa escribir “ensayo naval”. Supone, como bien dices, un esfuerzo literario, es decir, contar, de forma amena, una historia que interese al lector de literatura en general y no un montón de datos históricos apabullantes con el que dejar frío al lector.
La emoción es fundamental a la hora de hablar de literatura. Y en «El periplo del talismán» los lectores la van a encontrar, y mucha. Al menos, eso dicen los que la han terminado hasta la última página.
Ese esfuerzo también tiene que ver con el hecho de encontrar temas que no hayan sido tratados en literatura. Yo no conozco en la literatura española ninguna novela que trate de la formación de los jóvenes como Pilotos de la Real Armada en el siglo XVIII, ni en ningún otro siglo. Me parece un tema tan apasionante y literario que engancha tanto al que escribe sobre él, como al que lee. Además, si a este asunto añades la historia real del mítico Tesoro de los Cinco Reyes, tienes una apasionante novela de aventuras con un trasfondo histórico riguroso.
Para los que quieran ahondar más en éste Tesoro, les recomiendo la lectura de los libros de Manuel Laza Palacio. El Tesoro llegó a las costas malagueñas en el siglo XII de mano de los Almorávides y ha sido objeto de búsqueda y estudio desde entonces. La Cueva del Tesoro es un monumento natural en el circuito turístico de El Rincón de la Victoria, ya que es una de las tres cuevas de origen marino que existen en el mundo y la única en Europa.
En mi novela, éste Tesoro y la Cueva que lo esconde, y su influencia en el siglo XVIII malagueño, es otro pilar fundamental en el desarrollo de la línea argumental, junto al Real Colegio Náutico de San Telmo.
JYG: Málaga tiene milenios de Historia. ¿Volverás a ella en tus próximas novelas?
MC: No sé qué contestarte a esto, Javier, porque nunca sé sobre lo que voy a escribir. Las lecturas me llevan a otras lecturas, y éstas, a novelas que no tengo ni idea que escribiré. Pero no lo descarto en absoluto.
JYG: Estando «El periplo del talismán» ambientada principalmente en el s. XVIII, resultará curioso para el aficionado poder leer una trama de aventuras piráticas alejadas del Caribe, donde parece que “todo” se cocía. Como también pisar la tablazón del navío Santísima Trinidad, único en su categoría.
MC: Me lo he pasado en grande mientras me documentaba sobre todo esto que mencionas. Ya es toda una aventura leer ensayo histórico sobre los corsarios berberiscos que procedían de Argel. Eran muy temidas sus razzias en toda la costa mediterránea. Tanto, que Carlos III actualizó su sistema defensivo haciendo uso de las Torres Vigía. Las Torres Almenara jalonaron todo nuestro litoral para su defensa, junto a los Castillos Fuerte en donde se acuartelaba a los distintos destacamentos de la milicia para hacer frente a esos ataques de los corsarios berberiscos. Una de esas torres, es un escenario importante en «El periplo del talismán», concretamente en su tercera parte. En ella, el funcionamiento de ese sistema defensivo queda dentro de la trama y la línea argumental de la novela. La Torre Almenara que aparece en «El periplo del talismán» aún se conserva en el acantilado de El Cantal, en el pueblo malagueño de El Rincón de la Victoria, muy cerca de la Cueva del Tesoro que antes mencioné. Así como el Castillo fuerte Bezmiliana.
Todos estos escenarios históricos se pueden visitar actualmente. Pero, desafortunadamente, no ocurre con ese otro que tú citas. El navío Santísima Trinidad. Éste no lo podemos visitar. Resultó hundido en la Batalla de Trafalgar en 1805. Aunque yo creo que leyendo «El periplo del talismán», el lector va a caminar de nuevo por su cubierta o dormir en alguno de sus coys; así como participar activamente en un combate naval legendario como fue el de Cabo San Vicente en 1797. Un combate que es uno de los escenarios más apasionantes de mi novela. Lleno de fuerza y riesgo. Fue un placer novelar éste increíble episodio de nuestra Historia naval.
El Pelayo ayuda al Santísima Trinidad (Antonio Brugada, Museo Naval de Madrid).
JYG: El argumento de «El periplo del talismán» es bastante clásico, hasta con cierto aroma a Emilio Salgari. ¿Te han inspirado sus novelas y las de otros autores de la época?
MC: Si te digo la verdad, cuando escribía la novela, el argumento y sus personajes me lo dictaba la obsesión por mostrar la vida de los jóvenes del siglo XVIII en relación con la Real Armada y la posibilidad que tenían éstos de hacer carrera en ella. Lo que ocurre es que la vida naval y marítima en ese siglo era la que era. Y yo hago mi trabajo reflejando la realidad de la época que decido describir. En el siglo XVIII había piratas, navíos de línea, galeras, almirantes de la cristiandad, corsarios berberiscos, batallas navales “a toca penoles” entre naciones europeas, abordajes sangrientos, y un largo etcétera de circunstancias navales muy novelescas.
Si quieres escribir sobre el mar, las naves y las gentes que las tripulaban en ese siglo, es muy probable que te encuentres con personajes que podrían encajar en una novela de Salgari. Puede ser. No te digo que no. Pero yo tengo mi propia forma de escribir literatura. A mí me inspiran realidades históricas de nuestro pasado naval. Y en este caso, una Institución como el Real Colegio Náutico de San Telmo ha inspirado «El periplo del talismán», algo bastante distante del formulismo “salgariano”, en el que lo exótico, y casi lo inverosímil marcaba la pauta de sus narraciones. No es el caso de mi novela. En ella, se muestra la realidad tal como fue. Tanto en el lado de la Real Armada española, como en el lado de las naves de los corsarios berberiscos.
JYG: «El periplo del talismán», ¿novela histórica o de aventuras?¿Qué crees que puede picar a un lector a decidirse por tu «El periplo del talismán»? ¿Con qué se quedará al llegar a la última página?
MC: Se quedará con la maravillosa sensación de haber asistido a la evolución vital de su protagonista, Benilde Letrán y con el regusto de haber recorrido un segmento de la historia de España cargado de aventura. En «El periplo del talismán» se unen las dos cosas, la historia y la aventura. Como te comentaba, la novela está basada en una sólida documentación histórica, pero te aseguro que los lectores que ya la han leído me decían que no tenía ganas de que la novela acabara precisamente por la inmersión que han hecho en el mundo que tiene que vivir Benilde Letrán. Creo que el relato suscita mucha emoción en el lector por los aspectos puramente humanos que destila la narración. Una lectora llegó a decirme que estaba “enamorada” del personaje. Por eso, confío mucho en la novela. Tiene los ingredientes necesarios para seguir leyéndola hasta el final. Así que, animo a los lectores a que descubran en mi literatura un mundo de realidades apasionantes que tuvieron lugar aquí, en España. Tal y como leyeron en mis novelas «La biblioteca del capitán» e «Hijo de acero».
JYG: ¿Cómo está siendo la acogida de «El periplo del talismán»?
MC: Es pronto para decirlo. Se publicó a finales de agosto. Apenas lleva poco en la calle. De momento, se está leyendo legalmente y espero que vaya a más. El boca a boca es lo que funcionará en este caso. Pero nunca sabré cuantos lectores reales tendrá la novela porque no controlo a esos nuevos corsarios digitales tan enemigos de lo ajeno y que desprecian tanto el trabajo de sus víctimas como lo hacían los corsarios argelinos o los piratas holandeses o ingleses del siglo XVIII. «El periplo del talismán» ya está pirateada, y la ofrecían, a menos de un mes de su publicación, en cinco páginas de descargas gratis. El escritor Arturo Pérez Reverte terminó, así, su artículo de hace unos años, “Ese fulano me roba”: “….Quién podrá permitirse de aquí a nada, dedicar dos años a crear algo sabiendo que después no cobrará por ello. Imaginen a un abogado, un arquitecto, un fontanero, a los que no pagarán sino tres de cada diez. Si este trabajo lo quieres gratis, dirían, que lo haga tu puta madre”. Me sé de memoria estas palabras que resumen a la perfección la situación precaria en la que nos encontramos los escritores, y con las que no puedo estar más de acuerdo. Aunque sé que no sirve de nada mi pataleo impotente porque de ladrones estamos y estaremos bien serviditos, no me cuesta nada proclamar a los cuatro vientos que, como decía Pérez Reverte, la piratería literaria va a ser la muerte de la literatura. Nadie en su sano juicio dedicará su tiempo a escribir obras que le van a robar con absoluta impunidad todos esos que demuestran un desprecio extremo hacia el trabajo del escritor. Me gustaría saber en qué se gastan los algo más de tres euros que cuesta mi novela en versión digital, aquellos que la leen después de robármela a través de las páginas de descargas gratis. Yo me pregunto si al adquirir mi novela de manera legal, quizás no puedan comprar la barra de pan diaria o el litro de leche de cada día. Pero me parece que no. Que no van por ahí los tiros. Yo creo que es una desconsideración y una desfachatez que linda con un carácter delictivo, tanto del que le da al click para descargar como del que sube el archivo a internet, lo que anima a esos piratas a no respetar el trabajo de los escritores. Me gustaría saber la cara que se les queda a esos que se bajan por el morro, películas, libros, música y lo que se les tercie, si otros decidieran hacer lo mismo respecto al trabajo que ellos ofrecen. Desprecian a los escritores, y a los artistas en general, sin reparar en que nuestro trabajo es tan necesario como cualquier otro.
El mundo sin literatura sería un erial emocional e intelectual. Ellos conocen los beneficios mentales que otorga la literatura porque, de hecho, los piratas literarios leen. Y creo que deberían tomar conciencia ellos solitos del daño que están haciendo, porque nuestros gobiernos no han hecho, ni harán nada al respecto. La cultura está absolutamente desprotegida. Así que, volviendo a tu pregunta, Javier, la cuestión de que tal acogida está teniendo la novela, te la podría contestar con rigor si supiera realmente cuanta gente la ha leído ya. Pero me temo que ese dato no te lo podré facilitar nunca. Ni de ésta novela, ni de “La biblioteca del capitán” o “Hijo de acero”. Es escandalosa la cantidad de páginas de descargas ilegales en las que aparecen las tres. Resulta muy triste.
JYG: En su día te pregunté si «El periplo del talismán» era una novela más enfocada hacia un público juvenil y me formulé tal cuestión por el diseño de la portada. Me dijiste que no, pero, supongo que un chaval cualquiera podría adentrarse en tu mundo literario sin peligro.
MC: No estoy muy segura de esto último que apuntas. En ésta novela, la realidad se impone. Y en la quinta parte se refleja la dureza con que los corsarios berberiscos de la Ciudad de Argel trataban a los hombres y mujeres que hacían prisioneros, y no entraban en la categoría de cautivos de rescate, es decir, aquellos de los que podrían solicitar un buen dinero a sus familias cristianas a cambio de la liberación de su ser querido. Creo que no es una lectura recomendada para menores. Comprendo que el colorido de la cubierta te haya confundido porque estamos acostumbrados a la moda impuesta por las editoriales convencionales en la que las novelas históricas tienen que tener sus cubiertas en colores sepia o grises muy apagados y tristes. Colores que desde el punto de vista de esa moda editorial connotan todo lo antiguo. En el caso de «El periplo de el talismán», en su cubierta se reflejan con brillantez los colores del mar, los ropajes de la época, el color del oro y las piedras preciosas, el de los cascos de los navíos y el velamen. En definitiva, el libro tiene los colores de la realidad histórica. Porque la Historia siempre ha tenido color, a pesar de todo. «El periplo del talismán» no es una novela juvenil. Se encuadra en la línea de las dos anteriores, un apasionante relato con una sólida base histórica que lo sustenta y no apta para todos los públicos.
JYG: Para la redacción de esta novela has realizado un estudio a fondo del Real Colegio Náutico de San Telmo de Málaga en el siglo XVIII. ¿Qué obstáculos has encontrado en el camino?
MC: La labor de recopilación de documentación siempre es lenta y puede resultar tediosa. Tuve la suerte de poder hacerme con un facsímil del Compendio de las materias impartidas en el Real Colegio para poder leerlo con comodidad y tranquilidad. Eso, quizás, fuese lo más difícil. En cuanto a las Ordenanzas que regían el día a día del Real Colegio de San Telmo, hay bastante bibliografía al respecto. Eso no me costó tanto. Y he conocido las instalaciones de aquella histórica institución de primera mano porque aún se conserva el edificio que conformaba el antiguo Real Colegio. Ahora es el Ateneo de la Ciudad de Málaga. Allí, precisamente, tuvo lugar la presentación de mi segunda novela «Hijo de acero». Lo difícil fue escoger a los personajes que existieron realmente para convertirlos en personajes de «El periplo del talismán», entre los colegiales de los que se tiene constancia que fueron alumnos internos, entre los Maestros o los Catedráticos. Eso siempre resulta complicado. En general, resulta difícil convertir toda la documentación, con la que suelo contar, en un relato humano y ágil evitando, en todo momento, acabar escribiendo un ensayo histórico. Pero todo ello me proporcionó ratos de estudio interesantísimos. Me lo he pasado muy bien redactándola.
Torre El Cantal.
JYG: Del material consultado, ¿cuáles son los títulos o piezas más indispensables para comprender el periodo histórico retratado y las instituciones nombradas?
MC: Como te digo, el Compendio es fundamental conocerlo, su título abreviado reza así: «Compendio de la Arte de Navegación» publicado en el año 1717. Trabajé muy bien con la obra Doña Isabel Grana Gil. Muy interesante todo lo que leí de ella, en particular me fue muy útil y esclarecedor el título «El Real Colegio Náutico de San Telmo de Málaga» publicado por la Universidad de Málaga. La bibliografía sobre la ciudad corsaria de Argel es extensísima, pero uno de los títulos destacados consultados fue «Corsarios Berberiscos» de Ramiro Feijoo. En cuanto a los artículos y tesis doctorales que leí para tener las cosas claras respecto al sistema defensivo de las Torres Almenaras o Vigías, y a los acontecimientos históricos relacionados con la trama de la novela, no te puedo decir ninguno en concreto porque fueron muchos. Y si alguien está interesado en el combate naval de Cabo San Vicente y en la figura del General de la Escuadra española, Don José de Córdova y Ramos, personaje principal de la cuarta parte de la novela, debería leer «Venturas y Desventuras de un Marino Utrerano», de Pedro Sánchez Núñez, publicado por la Diputación de Sevilla. Un título muy recomendable para conocer ese episodio naval tan sumamente interesante. Éstos son algunas de las fuentes y estudios relevantes me han ayudado a escribir mi novela “El periplo del talismán” y que harían las delicias de cualquier amante de la Historia naval española.
JYG: ¿Alguna anécdota del proceso de redacción e investigación?
MC: La más divertida fue la lluvia que me calló a la salida de la visita que le hice al HMS Victory en Portsmouth, mientras intentaba encontrar transporte que me llevara de vuelta a Southampton, que era donde me hospedaba. Divertida, por decir algo, porque me caló toda la ropa a pesar del chubasquero y demás, que llevaba. Pasé mucho frío hasta que pude cambiarme. Fue interesantísimo poder caminar por las cubiertas de un navío del siglo XVIII, tal y como navegó en aquella época. Los ingleses conservan el Victory como oro en paño en un auténtico parque temático sobre historia naval.
El HMS Victory es uno de los escenarios de «El periplo del talismán», así como lo es el buque insignia de la Real Armada española, Santísima Trinidad porque fueron dos barcos emblemáticos que tomaron parte en el combate naval relatado en la novela, la batalla de Cabo San Vicente de 1797. Todo éste trabajo de campo fue muy emocionante. Me permitió tomar notas sobre el escenario real en donde se iban a mover algunos de mis personajes, como Horatio Nelson, que en aquel combate tenía el grado de Comodoro. En realidad, la visita me sirvió para documentar las características de los navíos de la época en general, incluidos los de la Real Armada española que aparecen en la novela.
Recuerdo muy bien otro de los trabajos de campo. Las visitas a las Torres Almenara o Vigías que aparecen en la novela. Son lugares colgados sobre acantilados espectaculares en el pueblo de Rincón de la Victoria. Visité las dos que aparecen en «El periplo del talismán» Recuerdo el viento, las olas, las gaviotas, el mundo a mis pies, tal y como lo estarían a los de su protagonista, Benilde Letrán. Y supe que estos escenarios iban a ser clave para entender el progreso vital de mi primera protagonista femenina. Volví muchas veces para conseguir hacerme una idea de cómo enfrentaban los hombres y mujeres tanto de la Edad Media, que es la época en la que se desarrolla la primera parte de la novela, como en el siglo XVIII que es el siglo en el que se desarrolla el resto de la narración, una vida extremadamente solitaria cuando terminaban siendo Torreros en esas maravillosas Almenaras sobre los acantilados.
Todo esto lo van a vivir también los lectores de «El periplo del talismán».
JYG: Para esta ocasión has abandonado la línea editorial tradicional y te has decidido por la autopublicación a través de las plataformas de Amazon (Kindle (digital) y Createspace (papel)). ¿Qué te ha animado a ello y cómo ha sido la experiencia? ¿Ventajas e inconvenientes?
MC: Empezó a serme muy atractiva la idea de que, con éste sistema. El autor puede dirigir su propia obra. Me animó a publicar con las plataformas de Amazon la buena experiencia que tenían otros amigos escritores que habían publicado con Amazon. Y soy de la opinión de que siempre es bueno hacer incursiones en “territorios inexplorados”, por lo que me pareció una buena alternativa. Las ventajas son obvias. Tienes el control.
Desventajas, de momento, no veo ninguna. Me ha sorprendido muchísimo, para bien, la buena edición en papel que proporciona Createspace. Me han gustado muchísimo las facilidades que te da para elegirlo todo, cubiertas, tamaño, tipo de papel, maquetación. El resultado final es francamente sensacional. Eso lo van a comprobar los lectores cuando tengan un ejemplar de «El periplo del talismán» en la mano. Y en cuanto a Kindle, tenía claro que la versión digital, hoy día, es imprescindible. Ésta plataforma me ha proporcionado lo que necesitaba.
JYG: ¿Piensas repetir por tu cuenta, en autopublicación?
MC: Siempre que sea en una plataforma con la que se pueda publicar en versión digital y formato papel, no lo descarto en absoluto.
JYG: ¿Tienes algún nuevo proyecto literario en mente?
MC: Tengo terminada una novela que nada tiene que ver con la Historia naval, pero sí con la navegación. Espero que vea la luz muy pronto. Y estoy trabajando ya en otro proyecto literario. Éste sí tiene a la Historia naval como telón de fondo. Creo que los personajes van a interesar mucho a los lectores.
JYG: Para nuestros curiosos seguidores de HRM, ¿para cuándo tienes programada alguna presentación? ¿Se podrá adquirir en el acto ejemplares con tu firma y dedicatoria?
MC: La primera presentación de la novela tuvo lugar el 28 de septiembre en el Instituto de Estudios Portuarios de Málaga, un evento que organizó La Liga Naval de ésta ciudad, en la que tuvimos ejemplares a la venta. De momento, no tengo a la vista ninguna nueva presentación. Cuando la haya, lo publicaré en las redes y en el blog de la novela.
JYG: ¿Qué pregunta me he dejado en el tintero y cómo la responderías?
Una pregunta posible, podría haber sido. ¿Por qué sigues escribiendo si «El periplo del talismán» apareció, al día siguiente de su publicación, en páginas de descargas ilegales? La respuesta, ni yo misma la sé. Quizás seguimos escribiendo por no darles el gustazo a esos ladrones, que se bajan tu trabajo de años gratis, de vernos claudicar. Es indignante con la tibieza con la que se trata a estos caraduras. Como si robar novelas fuese una práctica muy “cool” fruto del “nuevo paradigma” que nos ha caído encima. Me hierve la sangre cuando leo en los foros de esas páginas de descargas ilegales a cientos de personas hablando sobre mis novelas y ninguna de ellas ha pagado por leerlas. Es un asunto mucho más dramático de lo que parece. Pero a pesar de todo, los escritores vamos a seguir en la brecha creyendo en la buena voluntad de los lectores decentes, esos que consideran que merecemos cobrar por nuestro trabajo. Porque es importante seguir escribiendo literatura. Y en mi caso, creo en la labor de difusión de nuestra extraordinaria Historia naval y en la creación de personajes que sean capaces de hacernos vivir unas vidas apasionantes. Creo en ese trabajo, así que voy a seguir haciéndolo. Te doy las gracias, Javier, por ayudarme a dar a conocer mi nueva obra a través de Historia Rei Militaris. Espero que vuestros lectores acaben a bordo de las páginas de “El periplo del talismán”.
Una vez más, gracias por tu tiempo, Montse. Y, buena suerte.