BLITZKRIEG. LA GUERRA RELÁMPAGO.
Juan Pablo Perabá & Javier Martínez-Pinna
El 1 de septiembre de 1939 la Wehrmacht se lanzó sobre Polonia, un hecho que supuso el inicio del conflicto más mortífero y desgarrador de nuestra historia. El ejército polaco estaba anticuado, carecía de artillería y aviones de caza para repeler la brutal agresión del ejército alemán, por lo que no tardó mucho tiempo en sucumbir ante el empuje de las divisiones acorazadas de Hitler. Para colmo de males, los nazis y los soviéticos habían firmado un tratado previo que permitió a Stalin lanzarse sobre el oeste de Polonia a partir del 17 de septiembre, obligando a los polacos a capitular el día 27 de este mismo mes.
Ante la demostración de fuerza de los alemanes, los franceses e ingleses, que frente a toda lógica no habían hecho nada por fortalecer su maquinaria militar en los años previos a la guerra (hasta que ya fue demasiado tarde) se contentaron con la organización de operaciones secundarias como tratar de cortar el suministro de hierro sueco a los alemanes mediante la conquista de Narvik, lo que propició la invasión de Dinamarca y Noruega por parte de la Alemania nazi en abril de 1940. El primer paso para la conquista de Europa ya estaba dado, pero para ello antes era necesario doblegar a la todopoderosa Francia. Para entender el resultado de la gran batalla con la que Hitler pretendió hacer realidad su sueño de derrotar a su gran rival y vengarse por las humillaciones impuestas en el Tratado de Versalles, antes debemos de entender cuál era la situación armamentística y militar de los principales contendientes en los momentos iniciales de la Segunda Guerra Mundial.
En los años previos al estallido de la guerra, los alemanes ya habían registrado grandes cambios en lo que se refiere a la organización de las operaciones bélicas y la táctica militar. Tanto Hitler como el Alto Mando eran conscientes de la debilidad de la economía germana para soportar un conflicto de larga duración, por lo que diseñaron un tipo de guerra que debía ser contundente pero limitado en el tiempo: la Blitzkrieg o Guerra Relámpago. Con esta táctica se buscaba alcanzar un éxito rápido en el campo de batalla, apoyándose en la utilización de la tecnología y las nuevas armas (especialmente los tanques y los aviones de combate), con la idea de penetrar en el territorio enemigo, romper sus líneas y crear confusión entre las unidades enemigas que se verían desbordadas desde el primer momento del choque. Para H. Bernard eran cuatro los elementos que permitieron a los alemanes conseguir rápidas victorias en los primeros años de la guerra gracias a la aplicación de la Guerra Relámpago:
- La mecanización de las Panzerdivisionen suponía la concentración de grandes bolsas de carros de combate con funciones ofensivas y que sirvieron como elementos de penetración de la Wehrmacht.
- La motorización de la infantería permitía la rápida concentración de fuerzas encargadas de explotar el éxito inicial de las divisiones acorazadas.
- La aviación tiene un papel fundamental para explicar el resultado de las operaciones militares ya que permite asegurar la superioridad aérea, eliminar los aviones enemigos y posteriormente inmovilizar sus tropas que se ven en todo momento castigadas por la acción de la Luftwaffe alemana.
- La radiotelefonía, aplicada no solo a los aviones, también a los carros de combate, permitía a los alemanes transmitir rápidamente las órdenes y facilitar la cooperación entre las distintas unidades ofensivas.
Continuará
Saludos.