Ángel Miranda es el guionista de una perla exótica en el panorama histórico actual español: un cómic que nos lleva a la Batalla de Cagayán, en 1582, enfrentándose acero toledano con catanas niponas. Esa obra es «Espadas del fin del mundo».
Ángel comenzó su carrera profesional como periodista en el diario El Norte de Castilla y posteriormente en varias revistas culturales del grupo Prisa. Durante los últimos años ha participado como monitor en varias ediciones de la expedición Tahina-Can, de la Universidad Autónoma de Barcelona, una serie de viajes periodísticos tutorizados para conocer la realidad de diferentes países.
Hace tres años se enroló como marinero en el Galeón Andalucía, de la Fundación Nao Victoria, y recorrió durante tres meses la costa oeste norteamericana. La vivencia ha quedado registrada en su libro de viajes «A bordo del galeón» (editorial UOC, serie Cuadernos Livingstone).
En agosto de 2015 lancé el crowdfunding de «Espadas del fin del mundo» con gran éxito, llegando a publicase en mayo de 2016. Hace nada, el pasado diciembre de 2017, salió la reedición con contenido adicional.
Actualmente, Ángel compagina estos proyectos con su trabajo en Comunicación para Mazda.
«Espadas del fin del mundo» es un cómic que retrata un hecho perdido de nuestra Historia, recientemente rescatado: las batallas de Cagayán, acontecidas en 1582. Recuperado aunque hay quien ha fantaseado con titulares del estilo los tercios vencen a los samurái, aunque allí no pudo haber samurái alguno.
Ángel, ¿cómo topaste con esta historia y qué te empujó a trasladarla a un guión de cómic, ese mismo que ahora preparas su reedición?
Soy aficionado a la historia, en especial a la de la época de los exploradores y navegantes ibéricos. La batalla de Cagayán fue tan insólita que ha acabado apareciendo en multitud de artículos y foros. Cuando supe de ella pensé que aquel cruce de acero era oro puro para llevarlo a un cómic de acción con rigor histórico. Llevaba tiempo dándole vueltas a lo poco que hemos explotado en el ámbito literario y en la ficción esos años, así que ya no había excusa para aventurarse.
Y cierto es que es una historia de nuestra Historia bastante evocadora, merecedora de mayor atención, pues, no sé si será tu caso, pero para mí las andanzas de los españoles en el Pacífico están muy olvidadas.
Efectivamente, son historias y aventuras menos famosas que las de América, pero igual de apasionantes. Cuando lees las cartas y relaciones con los relatos originales, parecen increíbles; allí, casi aislados en el fin del mundo. Me llaman mucho la atención personajes poco conocidos, como Carrión, el protagonista. Al indagar sobre su figura descubrí que, además del enfrentamiento contra los japoneses, había formado parte de la expedición de Villalobos, de la preparación del Tornaviaje y quería embarcarse a descubrir un paso por las aguas gélidas del norte de América.
¿Por qué un cómic y no otro medio? Tiene que haber algo más.
Se trata de un periodo y una historia con gran impacto visual. Además, sin faltar al rigor histórico, quería envolverla con una trama llena de acción. Para sacar partido a ese enfoque lo ideal es el cine, lejos de mi alcance, o el cómic, del que soy gran aficionado. El cómic también te libera de ciertas limitaciones, permitiéndote mostrar lo que quieras, como quieras, además de mantener las cosas según tu visión al trabajar con un equipo más pequeño que en una producción audiovisual.
Has nombrado ya a Juan Pablo de Carrión, el protagonista de la historia, el comandante español que se enfrentó a la nada desdeñosa edad de 69 años a los piratas de las islas meridionales del Japón. Otros peso pesado de nuestra Historia que ha sido desatendido, pues estamos hablando de alguien que propició buena parte de lo que posteriormente se llamó el Tornaviaje y que colaboró con Andrés de Urdaneta. Todo un regalo de Navidad y parece que enfrentarse al caudillo Tayfusu fue su última acción de guerra. ¿Qué destacarías de sus dotes como militar?
Los datos que descubrimos sobre él dan para otra historia, ¡de intrigas! Fue de los pocos supervivientes de la expedición de Villalobos, ¿quién sabe qué documentos y conocimientos sacaría de aquello? La Inquisición le tuvo en el punto de mira. Estuvo al cargo de los preparativos del Tornaviaje en el puerto Navidad, pero debido a sus desavenencias con Urdaneta respecto a la ruta no pudo embarcar, ¡podría haber sido él quien realizara esa gesta! Aun así, hubo unas órdenes que no podían ser abiertas hasta comenzar la derrota, que le daban la razón. De algún modo llegó a Filipinas de nuevo y tomó parte en los sucesos del Cagayán, para después fundar Nueva Segovia y tratar de asentar la región, cuando se le pierde la pista. Debido a lo leído en torno a su figura, yo le imagino como alguien intrépido, dado a abrirse camino, con grandes dotes de mando y acostumbrado a meterse en harina. Pero al mismo tiempo, de carácter conflictivo y poco airado en las cuestiones políticas y sociales.
Taifuzu, la némesis de Carrión, el otro lado del espejo, es una figura esquiva de la Historia, aunque tuvo que tener su importancia en el devenir del final del s. XVI pues, si no recuerdo mal, trató de convencer a Toyotomi Hideyoshi, uno de los tres artífices del Japón unificado y pacificado a lo largo del mentado siglo, de exigir vasallaje a la isla de Luzón y tomarla por la fuerza en caso de resistencia. ¿Crees que sus incursiones piráticas pretendían ser una toma de contacto para una invasión posterior?
Las incursiones piráticas no parecían que contaran con una organización "estatal" o de los señores militares japoneses. Sin embargo, es completamente posible es que informaran a las autoridades japonesas o que formaran parte de planes de señores secundarios. Lo que sí podemos asegurar es que veinte años más tarde, los japoneses enviaron constantemente espías a Filipinas en previsión de esa conquista. Aunque, como ellos mismos reconocieron a los holandeses en 1640, no tenían medios para hacerse con las fortalezas de Manila. Y eso que estaban informados de hasta la última bala que tenían en el arsenal (literal).
¿Cómo se unió Juan Aguilera a este proyecto? Yo le conozco por participar del proyecto de Cascaborra «1808»
Una vez tuve una idea clara del tipo de cómic que quería crear, con realismo y acción al mismo tiempo, busqué un dibujante acorde y descubrí el trabajo de Juan por Internet. Le contacté y le expliqué lo que tenía pensado, un proyecto de carácter histórico por crowdfunding. Decidió apostar por ello y unirse al proyecto.
Ya es difícil amoldarse uno a sus propias ideas, no digamos ya cuando hay dos o más personas involucradas. ¿Cómo fue el trabajo guionista-dibujante?
Si se dejan a un lado los egos y se trabaja en conjunto, con correcciones, idas y venidas, dejándose enriquecer por las ideas de unos y otros... todo gana, todos aportan. Ocuparse de todas las facetas (imagen y guión) en medios como el cómic o el cine, y que salga bien, es un logro reservado a muy pocos artistas. Creo que el cómic es un soporte que gana mucho elaborado en equipo. Además, en «Espadas del fin del mundo» hemos contado con las aportaciones del historiador Ramón Vega.
¿Qué te ha otorgado escribir «Espadas del fin del mundo» como aficionado a la Historia?
Es una gran satisfacción poder contar estas historias olvidadas, y al mismo tiempo una responsabilidad debido al rigor y documentación necesarios. No obstante, primero surgió mi descubrimiento de Carrión, después la idea de que un cómic sería perfecto para narrar este episodio histórico. Me he sentido muy apoyado por los aficionados a la Historia, y eso se agradece mucho.
Hemos retrasado esta entrevista a petición tuya, pues estabas preparando la segunda edición; algo no muy fácil de conseguir en una publicación de este tipo, con ayuda de crowfunding y con trasfondo histórico.
En realidad, el trasfondo histórico ha sido todo un impulso en su difusión y acogida, dada la complicada situación del cómic en España. La segunda edición (con material documental adicional, bocetos y un relato) ha salido estas navidades, y está siendo todo un éxito. Desde luego, en España no es fácil lanzar 3.000 ejemplares para un cómic.
¿Cómo fue la experiencia de crowfunding? ¿Y la posterior acogida por el público y crítica?
Muy buena, hubiera sido muy difícil que una editorial apoyara el proyecto de autores noveles, y complicado sacarle rentabilidad. Trabajar en el mundo de la comunicación y edición (periodística) me dio ciertas ventajas para llevar el proyecto a buen puerto. La acogida de los mecenas, el público y la crítica ha sido increíblemente buena. Basta echar un vistazo por Internet para ver las buenas reseñas que cosecha. Salvo excepciones, he echado en falta mayor repercusión entre la crítica especializada y el mundillo del cómic, que es muy endogámico.
¿Qué anécdota podrías compartir que nace de la etapa o labor de investigación, producción y posterior a la publicación? Somos así de cotillas.
Le he cogido tanto cariño a Carrión, y se sabe tan poco sobre él, que cuando estoy investigando documentos sobre otros lances de la época, no puedo evitar hacer siempre una búsqueda digital para ver si aparece su nombre, perdido en las páginas. Hace poco Ramón encontró una carta inédita de su propia mano, ¡ojalá la hubiéramos tenido antes! Hemos incluido un pasaje en la reedición para resarcirnos.
¿Qué bibliografía o fuentes recomendarías para ahondar en los hechos que retratáis en «Espadas del fin del mundo»?
Es un pasaje complicado, por lo esporádico que fue entre tantas batallas por aquellas islas. Hay que referir a varias fuentes, como las relaciones y la correspondencia entre Manila y España del Archivo de Indias, el de Simancas o el Museo Naval. Junto a informes y registros como los nipones y holandeses que se pueden encontrar en universidades de Londres o Leyden. En Internet hay mucha literatura sobre el tema, pero las fuentes originales son esas.
Como he podido acreditar en tu currículo, eres un tipo inquieto. ¿Qué nuevo proyecto tienes entre manos? ¿Otro cómic?
Sí, tengo otro cómic entre manos protagonizado por otro célebre marino que se las vio en una batalla aún más increíble, si cabe. Un proyecto con el que espero dar un salto adelante y que anunciaré en las redes de «Espadas del fin del mundo» dentro de poco.
Y éste es el cierre clásico a las entrevistas que realizo para HRM: ¿qué pregunta me he dejado y que te gustaría responder (y respóndela, claro)?
¿Qué ocurrido con Carrión después de la batalla del Cagayán? Obtuvo una encomienda y fundó Nueva Segovia, tras aquello se le pierde la pista. Quién sabe qué aventuras correrían sus viejos huesos y si acabaría sus días espada en mano... o en paz consigo mismo.
Más información: facebook.com/ espadasdelfindelmundo
Disponible en Amazon: https://goo.gl/3JpwNj
Saludos.