Reza un dicho popular, que no hay mayor ciego que el que no quiere ver. Esta máxima es de perfecta aplicación en lo que a Bagration se refiere.
Los alemanes esperaban que la campaña de verano de 1944 continuara exactamente en el mismo lugar en el que acabó la ofensiva soviética que liberó Ucrania, frente al Grupo de Ejércitos del norte de Ucrania. Era la opción más lógica y se adentraría en la llanura polaca permitiendo diversas opciones que dejarían muy comprometido al Grupo de Ejércitos Centro. Para ello, se trasladaron allí 24 de las 30 divisiones móviles.
Llegó un momento en el que el convencimiento se tornó en deseo: todos los indicios de la inteligencia se interpretaron como confirmación de esta teoría.
Bien es verdad que los soviéticos ayudaron con la markirovka (ocultación), en la que eran verdaderos maestros.
T-34 camuflado durante el asedio de Leningrado.
Previo a Bragration, Gehlen (Jefe del departamento de "Fuerzas Extranjeras del Este" o Fremde Heere Ost) consiguió identificar 120 de las divisiones enemigas que participarían en la operación (un hecho notable, por otra parte) gracias a las intercepciones radiofónicas, a la exploración y al interrogatorio de prisioneros, pero estas estaban en contacto con los alemanes, donde el servicio de inteligencia falló fue en que las unidades de explotación, que estaban en retaguardia, pasaron desapercibidas: 3 ejércitos de armas combinadas, 1 ejército de tanques y varios cuerpos de ejército no existían para los alemanes.
De estas unidades, algunas procedían de las que quedaron libres tras la liberación de Crimea nada menos.
La falta de unidades de caza, que fueron trasladadas para la defensa del Reich, suponía un gran hándicap: los soviéticos, que se encontraron con la superioridad aérea, cerraron herméticamente el espacio aéreo de los frentes que iban a participar en la ofensiva y dejaron, relativamente abierto (para mantener las apariencias) de aquellos que no estaban implicados en Bagration.
Así, los vuelos de exploración de la Luftwaffe fueron guiados y condicionados para mostrar exactamente lo que los soviéticos querían.
De esa manera, la visión alemana no iba más allá de la línea de frente.
Por otro lado, una de las principales fuentes de información soviética, la constituían los partisanos, muy activos en la zona: 143000 de ellos se situaban en Bielorrusia. A lo largo de la guerra se había conseguido una buena coordinación entre estos y la Stavka, de modo que se integraban en el plan general.
Previamente a la ofensiva del 23 de junio, se realizó un ataque en el sur para distraer reservas alemanas. Lo partisanos las dejaron pasar pero, cuando se produjo el ataque real, dificultaron su vuelta al norte.
Partisanos en combate.
El día 20, tres días antes de comenzar oficialmente la operación Bagration, recibieron órdenes de atacar las comunicaciones alemanas y tomar algunas posiciones estratégicas. A mitad del mes anterior, los alemanes habían lanzado la operación antiguerrillera Kormorán centrada en Bielorrusia.
La noche del 19 al 20, los alemanes interceptaron las instrucciones que se transmitían a los partisanos, gracias a lo cual consiguieron desactivar 3500 de las 14000 cargas de demoliciómn que estos habían colocado.
1254300 hombres, 4070 carros de combate y cañones de asalto, 24383 cañones y morteros y 5327 cazas y bombarderos estaban listos.
Saludos.